dilluns, 4 d’agost del 2008

Bikaner (31/07)

Finalmente, tras una noche tranquila en el tren, llegamos (Ferran,Helena,Ramon y yo) a Bikaner hacia las 10:30. Nada mas salir del vagon, fuimos impactados por un tiempo calido y de algunos hindus deseosos de satisfacer nuestros servicios. Cogimos un rickshaw y fuimos al hotel (con piscina). Una bonita habitacion, un bonito cesped y una piscina (relajante y refrescante). Tras dejar las cosas fuimos visitar el bonito palacio del Majarajah de Bikaner(como vivian... un oasis en medio de la pobreza....). Tras un buen paseo bajo el sol, agradeciendo las frescas habitaciones, fuimos a comer algo. Entramos en un restaurante que se encontraba delante del palacio (muy bonito, fresco y algo caro.... sera verdad que India es barato?). Por la tarde, cogimos un bus para irnos a Deshnok. Un pueblo en medio de la nada que alberga el templo de las ratas (sagradas, claro). Para entrar en los templos hay que ir descalzos. Al principio, la cosa era graciosa, mira bestia aqui, mira roedor alla, pero cuando tuvimos que entrar en el templo.... La densidad de esos pequenhos habitantes aumento, por lo menos, el triple. Asi que nada mas entrar, salimos (Habremos cogido alguna enfermedad?). Fuera, y a salvos, mientras esperabamos el bus (que tardo lo suyo), nos tomamos unas agradables bebidas (baratas, por fin) en lo que parecia una terazita. Con humor y tranquilos, pasamos casi toda la tarde ahi (Ah, y fui atacado por una vaca sacrada.... ^^), para volver a Bikaner con el bus (que menudo show, los buses compiten entre ellos para coger viajeros y casi se pegan para ello. Dentro, si tienes sitio genial, esta lleno de gente, que la gasolina es cara, y entre toda la gente, va pasando un que cobra la tarifa, a repetir). Una vez en el hotel, nos banhamos y decidimos que para ir a Jaisalamer (puesto que no habia tren disponible en menos de 2 dias) era ir con taxi. Y asi fue, mientras servidor dormia, Ferran y Ramon regateaban con el amo de los vehiculos para conseguir uno y a buen precio. Y asi fue. Tras 5 horas ( o eran 6) de viaje, llegamos a Jaisalamer, un fuerte empedrado del siglo 13.