dijous, 6 de març del 2008

宇都宮 (Utsunomiya) - 日光 (Nikkô) (4-5/03/08)

Después de dormir muchas horas e intentar seguir el horario nipón, me levanté y preparé mi maleta para dirigirme a Utsunomiya, capital de la prefectura de Tochigi, donde reside mi amigo Hiroyuki. Esta ciudad no ofrece nada interesante para un turista, pero es un punto de partida para dirigirse hacía Nikkô, dónde se encuentra la tumba del shogun Ieyasu Tokugawa (ver mi artículo en wikipedia).

Aún así, la cena japonesa (y desconozco si en Asia es similar) es, además de curiosa, abundante. Además de un bol de arroz que nunca termina hay quatro o cinco platos y una sopa de verduras. Y no se come plato por plato sino que se combina todo el arroz, ahora como de esto, ahora de aquello y también de eso. Antes de irme a dormir, Hiro me llevó a un onsen, unos baños públicos, para purificar el cuerpo (donde te sientes en un taburete de plástico para ducharte, rodeado por gente que muestran alegramente sus vergüenzas, y luego disfrutas de un baño caliente, una sesión de sauna, un baño helado, sesión de sauna, baño helado y, finalmente, baño termal).

La mañana siguiente (almuerzo idéntico que cena!!) nos fuimos temprano para ir a Nikkô (2 horas de Utsunomiya) y así poder visitar la tumba de Tokugawa. Ésta se encuentra en las montañas, rodeado por un río y por un pueblo que hoy en día sólo vive del turismo ( y que conste que hablo del nacional) y de la famosa nata yoba, convirtiéndola en platos principales y en postres que dan ganas de comer de nuevo... Pero volvamos al santuario. En él encontramos el famoso dibujo de los tres monos (que representa como deben de ser los felices campesinos de la época frente a sus queridos amos) y un complejo sagrado que protege al último gran shogun de Japón.

Por la tarde, Hiro me llevó a ver unas cataratas, conocida por el número de suicidios que han habido que por la impresionante (que es impresionante) altura. Para poder verla hay que coger un ascensor que baja, baja y baja... para permitir al turista ver magníficos regalos de la naturalesa (me quedé sin batería, así que hasta que no me manden las fotos, nanai del paraguai).

Que más puedo añadir salvo otra fantástica cena con el famoso bol y mucho sushi!!!! Al día siguiente, acompañé a mi compañero japonés a ver un partido amistoso de un equipo de 3era división para que luego me llevara al tren. Eso sí, antes de volver al piso de Jorge (si es que se puede llamar piso...) me detuve otra vez a Shibuya para poder verla de noche. Mucha más animación que durante el día, sí.